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Damas y gentiles hombres:
La semana pasada tuvimos sesión pero no dejé tarea porque la gente se estaba intentando poner al corriente con el libro, y como se trata de que vayamos casi al mismo tiempo, para poderlo comentar, pues me vi un poco barco para que todos llegaran. Y aun así…
Aun así nos alcanzó para recordar lo divertido que es el regreso de los mosqueteros a Paris y la disposición de los caballos que el duque de Buckingham regaló a D’Artagnan. Las apuestas de Athos y el trato de los lacayos, que siguen a sus amos, hacen un tanto como ellos y además terminan regresando con las monturas en la cabeza.
Y ahora nos la pasamos discutiendo sobre lo que ven ellas en ellos y lo que ven ellos en ellas. Todo sale porque D’Artagnan ha decidido coquetear mientras Constance está desaparecida. Todos son iguales… y todas son iguales dicen ellos y dicen ellas. “¿Cómo es posible?” Dicen ellas. “Pos si la otra no está…” dicen ellos. Y de ahí se desató la plática.
Ellas menos visuales que ellos. Hay quien dice que terminaba siempre en el mismo patrón de persona.
También seguimos leyendo “Colorín colorado” y dónde Odai encuentra al hombre más rico del mundo (algo más grande, con canas y lentes). La riqueza, dice él, no se encuentra en las posesiones sino en la experiencia y los recuerdos que nadie te los debe de quitar. Mientas tengas tus memorias y aprendizajes jamás serás pobre. Poco más adelante ella y el dragón se encuentran comiendo fresas en un huerto cuando aparece el Príncipe Azul. Y Ahí es donde nos quedamos. Veamos de que se trata este personaje que a nuestra princesa nubla un poco la vista.LA TAREA: Terminado el capítulo 38 de Los Mosqueteros.
Para Colorín colorado terminamos el capítulo 15.
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